El pez espada
La visión de un pez espada, enorme, como nunca había visto pez alguno, recién traído a un gran supermercado y colocado sobre el hielo picado de la pescadería, me ha hecho plantearme por primera vez, durante unos instantes --breves, disfruto demasiado de la buena mesa-- la moralidad de comernos a otros seres vivos.
4 Comments:
Siga mi consejo: olvídese de la moral, y disfrute todo lo que pueda
Para pescar el pez espada se necesita utilizar una tecnica particular.
Usted alucinaría si conociera el número de delfines -danos collaterales- que cada día mueren debido a la utilización de esta tecnica que nos permite disfrutar de la carne del pez espada.
En realidad, si uno fuera consecuente consigo mismo, no debería comerse a nadie que piense. Afortunadamente, estoy casi seguro de que los crustáceos no piensan. Desgraciadamente, tengo casi la certeza de que el cerdo sí piensa...
No sean tontos y hagánme caso, dejen las disquisiciones para el cerdo - por seguir el hilo argumental del doctor-, y coman como si les fuera la vida en ello - de hecho les va, al menos la buena-.
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