Meditaciones de viernes
El hombre más educado y caballeroso se convierte algún momento en alguien zafio y grosero del mismo modo que la mujer más inteligente e independiente se transforma en ocasiones en un ser del todo superficial y dado al marujeo. Así somos.
Nunca he entendido que para las mujeres sea tan absolutamente irrenunciable el hecho de estar morenas el día que han de asistir a una boda. Pero es así.
Me contaron una vez el caso de una chica que, tras llegar varias veces tarde al trabajo y ser prevenida de que aquello podía acarrearle problemas, respondió que el uso del despertador suponía una agresión brutal a su organismo y que perjudicaría gravemente a su salud, por lo que prefería levantarse cuando su cuerpo estuviera suficientemente descansado. ¿Por qué reímos todos ante aquella ocurrencia cuando era algo indiscutiblemente lógico y racional?
El afán de protagonismo y el aburrimiento matan todo lo bueno que tienen las personas.
No nos basta con estar mejor que los demás; también queremos estar peor. "Todo lo mío es mejor que lo tuyo; también mis problemas. Y si son iguales, yo los he sufrido antes".
A dos metros escasos de mí, una persona anuncia su separación tras veintitrés años de relación de pareja y, medio metro más allá, otra se dispone a casarse tras veintiún años de relación.
Me planteo si asentir educadamente ante simplezas o tonterías es hacer la pelota. Me temo que en cierto modo sí, aunque no haya en ello ningún interés. Por otro lado, quienes, en la vida cotidiana, evitan las confrontaciones, buscan acuerdos y tratan de fomentar el entendimiento ayudan --aunque casi nunca se valore-- a que el mundo funcione.
Me atacan los vampiros.
Labels: cavilaciones
3 Comments:
Y a mi me atacan los lunes.
Una mañana de hace ya unos años fui al cine Icaria a ver "Mars attac" y con mi don del lenguaje le dije a la taquillera. "Dos para ver martes ataca" a lo cual la chica de forma rápida y improvisada respondió: " A mí me atacan los lunes".
Supongo que era lunes ya no me acuerdo.
SAludos!
Enhorabuena, amigo mío, acaba de descubrir usted el fundamento de la diplomacia, que emplean las multinacionales con los sátrapas africanos. Tan sentados ellos sobre toneladas de diamantes y coltan.
No se equivoque, amigo Feingeschliffen. En un país en el que el peloteo se ha hecho arte, hacer lo que usted dice es, simplemente, buena educación. Que, como usted apunta, buena falta hace. Por lo que me ha contado en otras ocasiones, cerca de usted se hacen ejercicios de peloteo tan manifiestos que su asentimiento a tonterías y simplezas es, simplemente, defensa propia.
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