Meditaciones de lunes
Hace tiempo pensaba que el amor se diferenciaba de la amistad en que, mientras aquél es con demasiada frecuencia no correspondido, en ésta, por el contrario, hay casi siempre reciprocidad en los sentimientos. El paso del tiempo, por desgracia, me ha llevado a cambiar mi visión de las cosas, por lo menos en cuanto a la segunda afirmación. En espera de que vengan tiempos mejores, no puedo más que reafirmarme en la evidencia de que suele suceder --a todos nos ha pasado alguna vez y, de hecho, de no haber sido así casi podría decirse que no existirían muchas obras de arte inspiradas por esta circunstancia-- que en el amor no hay una justa equivalencia sentimental. En cuanto a la amistad yo pensaba que, por el contrario, la reciprocidad estaba siempre presente (hablo por supuesto de una amistad sincera, no de una interesada o falsa), pero, como digo, los años me han llevado a ver que esto no es necesariamente así.
La idea de que si estás bien con alguien, ese alguien está bien contigo, se me ha revelado incierta varias veces. Esto origina situaciones muy incómodas ya que, si el rechazo amoroso suele hacer que el rechazado se retire cabizbajo, triste y humillado y sufra su abandono en soledad, componga canciones, escriba poemas o se emborrache solo o en compañía de sus amigos (si la amistad es recíproca), el rechazado por un amigo (que no lo era, no lo quiere ser, o no lo es en al grado que el otro espera) reacciona frecuentemente de manera más visceral y se permite reprochar al otro su poca amistad, sus infrecuentes llamadas, su poca confianza o lo poco que parece divertirse cuando están juntos.
A lo que conduce esto es a entrar en un círculo vicioso, ya que el haber experimentado la pesadez que supone que alguien con quien no te apetece hablar sienta en cambio grandes deseos de hablar contigo, hace que pongas todo el empeño en evitar convertirte en uno de esos "pesados", lo cual muchísimas veces lleva a dar la lógica impresión de que eres antipático, aburrido o que no cultivas la amistad. Hasta tal punto marca esta experiencia vital que incluso amores que podrían ser recíprocos pueden no llegar a nacer por el pánico a resultar pesado a la mujer amada. Gravísimo e imperdonable error, pues es bien sabido que el mundo es de los pesados y que la actitud amable, expectante y respetuosa será casi siempre interpretada como desinterés.
PS: No es necesario especificar aquí quiénes no deben sentirse aludidos por este tema de la reciprocidad, pues confío ciegamente en la gran inteligencia de mis amigos.
La idea de que si estás bien con alguien, ese alguien está bien contigo, se me ha revelado incierta varias veces. Esto origina situaciones muy incómodas ya que, si el rechazo amoroso suele hacer que el rechazado se retire cabizbajo, triste y humillado y sufra su abandono en soledad, componga canciones, escriba poemas o se emborrache solo o en compañía de sus amigos (si la amistad es recíproca), el rechazado por un amigo (que no lo era, no lo quiere ser, o no lo es en al grado que el otro espera) reacciona frecuentemente de manera más visceral y se permite reprochar al otro su poca amistad, sus infrecuentes llamadas, su poca confianza o lo poco que parece divertirse cuando están juntos.
A lo que conduce esto es a entrar en un círculo vicioso, ya que el haber experimentado la pesadez que supone que alguien con quien no te apetece hablar sienta en cambio grandes deseos de hablar contigo, hace que pongas todo el empeño en evitar convertirte en uno de esos "pesados", lo cual muchísimas veces lleva a dar la lógica impresión de que eres antipático, aburrido o que no cultivas la amistad. Hasta tal punto marca esta experiencia vital que incluso amores que podrían ser recíprocos pueden no llegar a nacer por el pánico a resultar pesado a la mujer amada. Gravísimo e imperdonable error, pues es bien sabido que el mundo es de los pesados y que la actitud amable, expectante y respetuosa será casi siempre interpretada como desinterés.
PS: No es necesario especificar aquí quiénes no deben sentirse aludidos por este tema de la reciprocidad, pues confío ciegamente en la gran inteligencia de mis amigos.
3 Comments:
Fue duro el domingo, por lo que veo...
No sé que paso el domingo, pero lo siento mucho.
No lea a Cioran en un par de meses.
Muchas gracias por su interés, apreciados compañeros. La verdad es que el domingo no sucedió nada. Posts como éste no hacen más que revelar pensamientos latentes que, si bien no son del todo abstractos (pues son fruto de mis experiencias),tampoco hacen referencia a un hecho o hechos concretos recientes. En fin, que la cosa viene de lejos.
Post a Comment
<< Home