Menos es más
El uso del "muy", del "mucho", del superlativo y del aumentativo, actúa muchas veces como atenuante de aquello que califica. Paradójico pero cierto. El lenguaje tiene estas cosas y es interesante tenerlas en cuenta cuando las palabras expresan sentimiento. Veamos algún ejemplo:
Si la mujer que nos gusta nos dice "te quiero", habremos triunfado; es lo que queremos oír. Si esa misma mujer, en cambio, nos dice, "te quiero mucho" es muy posible que nos considere su amigo y nos esperen largas noches solitarias frente al televisor.
Cuando alguien nos dice "me encuentro fatal", podemos pensar que quien lo dice, efectivamente, no se encuentra bien, pero generalmente no suele haber razón para pensar que se trata de algo más que de un malestar leve y pasajero. Ahora bien, si simplemente nos dicen "me encuentro mal", ello suele indicar que el malestar es más fuerte, más serio y que quien así se expresa deberá, como mínimo, irse a casa o acudir al médico.
Otros ejemplos: es preferible recibir un beso que un besazo o que en un escrito se despidan (bueno, depende de quién escriba) de nosotros con un beso que con muchos besos. Me preocupa más que alguien tenga hambre que alguien que diga tener mucha hambre: quien diga tener hambre expresará normalmente necesidad de comer, mientras que a quien dice "tengo mucha (o muchísima) hambre" lo que suele sucederle es que sencillamente tiene ganas de comer...
Perdonen, pero es que me gustan las lenguas y, a veces, me planteo estas cosas.
Labels: Lengua
1 Comments:
No sólo es cierto de lo que dice, es que a mí me hubiera gustado escribir este post. De lo mejor que he leído, a la espera de que Loriga escriba algo digno de ser reconocido como escritura ( segura que nos deslumbra, Esperanza Aguirre se ha confesado fan suya)
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