Identidad
Lo de uno no tiene por qué ser necesariamente lo mejor. Puede darse el caso, incluso, de que lo propio sea lo peor. Existen campos en los que no habría problema en reconocer y asumir esta segunda posibilidad; no es sorprendente oír decir a alguien que su trabajo es asqueroso o que su sueldo es ridículo, que su casa es pequeña o incómoda o que su coche es una tartana. No es ni siquiera infrecuente que la gente critique ferozmente a su familia, se mofe de sus compañeros, o abomine de sus jefes. Sin embargo, raro es encontrar a alguien que diga abiertamente que su barrio es infecto, su ciudad fea o poco acogedora, su comunidad autónoma (o realidad nacional, como se dice ahora) mediocre o su país un espacio cutre con aires de grandeza. ¿Viene esto grabado en nuestro código genético?
5 Comments:
Creo yo personalmente que esto se debe a que uno necesita sentirse acompañado por el lugar donde nacio, o al menos donde vive, porque eso habla mucho de uno... yo vengo de tal lugar, y los demas dicen: mira, este viene de tal lugar, y eso habla de ti, el lugar, no? Espero que se entienda, jeje, saludos.
Desgraciadamente, hay lugares de nacimiento que acompañan menos que otros. O, para decirlo con más precisión, acompañan menos a unos que a otros...
Barcelona está fatal, pero infecta no me lo parece.
Hablaba en general. Me refería a la ausencia de autocrítica cuando uno habla de territorio.
Un ejemplo de crítica a la propia tierra, aquí
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