Feingeschliffen

All in all a very dying race

My Photo
Name:
Location: Barcelona

Friday, June 27, 2008

The fine city

Por razones laborales he pasado una semana en Singapur, curiosa ciudad-estado de la Península de Malasia. Su sistema de gobierno es en teoría la democracia parlamentaria, si bien en la práctica su gobierno está muy cercano al autoritarismo. De hecho, en un ingenioso juego de palabras en inglés se dice que "Singapore is a fine city", lo cual podría traducirse tanto por "Singapur es una excelente ciudad" como por "Singapur es una ciudad de multas", ya que el término fine es polisémico. Y es verdad, aparentemente casi todo está prohibido en Singapur. No es casualidad que la ciudad esté impresionantemente limpia. Proliferan los ceniceros en aquellas calles en las que se permite fumar (sí, han leído bien, no en todas es posible) y es cierto que es ilegal masticar chicle. Si alguien comete la imprudencia de tirar un papel o una colilla al suelo, lo mejor que le puede pasar es que tenga que reparar el daño prestando servicios a la comunidad. Al pasar la aduana se comunica al viajero que los traficantes de droga son castigados con la pena de muerte, y parece ser que la delincuencia es tan escasa, que el robo de una bicicleta o el hurto de diez dólares singapurenses (unos cinco euros), se convierte inmediatamente en noticia.

Por circunstancias, tuve ocasión de hablar con varias personas (casualmente todas mujeres) españolas residentes en Singapur y, como es natural, rápidamente surgió (o más bien lo saqué yo) el tema de la libertad en el país. Todas ellas estaban encantadas. A todas les parecía perfecto el nepotismo imperante en el gobierno y estaban encantadas con la "mano dura" que se aplica allí. Eran partidarias de condenar a los sujetos "potencialmente delincuentes" antes de que lleguen a cometer alguna ilegalidad, como efectivamente sucede en Singapur, y no sólo no se escandalizaban, sino que consideraban una buena idea, la prohibición de entrada de inmigrantes no cualificados y la prohibición a las numerosas empleadas de hogar filipinas de quedarse embarazadas durante los tres primeros años de estancia en el país bajo pena de expulsión.

Todos los que escuchaban estos comentarios respaldaban enseguida estas opiniones diciendo que aquello sí que era vivir bien, que en España estamos acosados por la delincuencia de los inmigrantes y por el vandalismo que impera en nuestras ciudades. Que no se puede tolerar que se atienda a un extranjero antes que a un español en un hospital; que aquí lo que hace falta es más-orden-hombre-por-favor-dónde-vamos-a-ir-a-parar-con-tanta-desvergüenza. Y a continuación dejaban clara su ideología: "Y que conste que yo soy de izquierdas y no soy racista".
Una residente en Singapur se preguntaba: "Si tengo acceso a una vivienda digna, gano mucho dinero y no tengo inseguridad (claro que con vigilancia privada en su edificio no tiene mucho mérito), ¿qué más quiero?"

Evidentemente no respondí.

Labels: ,

Saturday, June 21, 2008

Summer



Quiéreme como el verano que se ha ido
Cuando los ojos estaban cerrados y los días eran largos, tan largos
Encendí una antorcha para ti y, mientras tanto,
En algún lugar entre la bruma perdiste la sonrisa


Blackfield; Summer, Blackfield, 2004

Traducción de Feingeschliffen

Wednesday, June 04, 2008

Cocina inglesa

Una característica de las obras de arte o, por lo menos, de las manifestaciones artísticas de cierto valor, es que no les afecta el tiempo o el lugar que reflejan ni en los que fueron concebidas. Por eso parece, como mínimo, negligente interesarse por ellas única o principalmente por su origen o por su época. ¿Cúantas veces se oye decir, como algo positivo, frases como "este grupo es de mis tiempos" o "esta película es de mi época"? Error. Dejando de lado que en esas afirmaciones se identifica vida con juventud, limitarse así es una manera de dejar escapar grandes satisfacciones. Si alguien se declara gran admirador de Quentin Tarantino y del tratamiento que hace de la violencia en sus películas, debería conocer la filmografía de Sam Peckinpah; quien sea aficionado a las llamadas comedias románticas actuales que corra a ver las que dirigieron Ernst Lubitsch o Mitchell Leisen. Los incondicionales de Pedro Almodóvar deberían saber, por ejemplo, que "Átame" no hace más que destrozar "El coleccionista", de William Wyler… Da igual que las historias transcurran en el Nueva York de los 50, en el París de los 70 o en el Irán actual. Que una película sea americana o española no implica que sea mala, pero que sea iraní, china o checa, tampoco. Hay mucha coña con esto.

De música sería mejor no hablar, pero, en fin… Todo indica que hay países, como el que nos ha tocado en suerte, que se quedaron los últimos cuando se repartía el talento musical. En París, el año pasado, vi una camiseta en la que ponía "LE ROCK FRANÇAIS EST COMME LA CUISINE ANGLAISE". Me dio mucha risa, pero en los últimos tiempos he conocido un par de proyectos musicales franceses (y actuales) que desmentirían rotundamente esa afirmación. Son desconocidos, pero hay que buscarlos. Si uno se contenta con lo que le ponen no echa en falta nada y es feliz así. A lo mejor es que no he buscado bien, pero en España poca cosa potable puede encontrarse, aunque algo habrá, digo yo. Hoy en día sigo escuchando la misma música que escuchaba hace 25 años y que había sido compuesta hace 35, así que nunca ha sido "de mi época". Así me va quizás precisamente por eso. Pero también hay mucha música actual maravillosa, independientemente de su procedencia, sólo que no es la que nos quieren hacer creer.

Labels: ,


Click here for standalone player
Download Windows Media Player Here