Niños y cine
Decía Alfred Hitchcock que nunca hay que rodar con niños, ni con perros ni con Charles Laughton. Dejando de lado la más que probable sorna de la frase, es cierto que debe de ser verdaderamente complicado para un director de cine trabajar con niños. Los niños son actores intuitivos, pero la intuición a la hora de interpretar no es siempre lo más conveniente, sino que hay que ensayar cómo "no actuar". De lo contrario los niños (y también los pseudoactores adultos) acaban haciendo de sí mismos, cosa del todo indeseable. El más claro ejemplo de este error lo tendríamos en España con el repugnante niño de "El Bola" (me niego a escribir su nombre) que, al no ser actor, se dedica únicamente a hacer de sí mismo, es decir, de chulo-macarra-barriobajero.
Sin embargo, cuando en una película con niños el director logra extraer una gran interpretación, la naturalidad y la credibilidad aumentan clarísimamente. Esto es difícil que suceda, ya que, muchas veces, las historias con niños acostumbran a ser de lo más cargante. Pero hay excepciones, hay grandísimas obras cinematográficas en las que el peso de la historia recae en actores infantiles. Recordemos aquí algunas:
- The night of the hunter (La noche del cazador), Charles Laughton; 1955: Obra maestra del terror y una de las cintas más perversas e inquietantes de la historia. Bill Chaplin y Sally Jane Bruce bordan el papel de dos huérfanos aterrorizados por el malvado reverendo que interpreta Robert Mitchum.
- The Innocents (Suspense), Jack clayton; 1961: En esta maravillosa adaptación de "Otra vuelta de tuerca" de Henry James, Pamela Franklin y Martin Stephen son dos niños que, al cuidado de una institutriz interpretada por Deborah Kerr, son testigos de apariciones fantasmales en el siniestro caserón en el que viven.
- El espíritu de la colmena, Víctor Erice; 1973: En la que probablemente sea la mejor película del cine español, el maestro Erice dirige a Ana Torrent e Isabel Tellería. ¿Cómo olvidar la secuencia de la conversación entre las dos niñas en la cama a la luz de una vela?
- Alice in den Städten (Alicia en las ciudades), Wim Wenders; 1974: En esta inolvidable road movie es imposible no quedar subyugado por la encantadora Yella Rottländer, la niña a la que su madre confía a un periodista al que acaba de conocer en un aeropuerto, con la misión de que la lleve a Amsterdam donde ella la recogerá más adelante.
- Kikujiro no natsu (El verano de Kikujiro), Takeshi Kitano; 2000: Otra preciosa road movie con elementos de drama, comedia y aventuras en la que el niño Yusuke Sekiguchi busca a su madre acompañado del inefable Beat Takeshi dejándonos boquiabiertos con su enorme interpretación.
- Keane, Lodge Kerrigan; 2005: El último hallazgo. Esta magnífica cinta sobre la esquizofrenia y la soledad en un Nueva York hostil no sería lo mismo sin la mesurada y emocionante presencia de la niña Abigail Breslin.
Bueno, seguro que se les ocurren más ejemplos. No les canso más.
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